Os voy a ser sincera: me he caido de la tabla. Pero, además, es que no sólo me he caido de la tabla, sino que estoy nadando a la deriva con la tabla sin ningún sitio a la vista. Estas navidades yo pretendía empezar con este mismo blog en inglés ¿Sabéis quién no se ha traducido ninguno de sus posts? Yo. Para que os imaginéis el panorama, tengo a la espera un email de un cliente que realmente sigue a la espera, pero porque ha habido un par de emails intercambiados en este tiempo y ahora les toca contestar a ellos. Uno de mis proyectos sigue siendo comprar el regalo de navidad a mi hermana, a 19 de enero. Cada vez que abro mis listas me da ansiedad ver que no he hecho nada de lo que me gustaría haber hecho y muy pocas de las cosas que debía hacer. Creo que, si no fuera porque las crónicas de la semana pasada las escribí muy cercanas a estas, se me habría olvidado que tenía que publicarlas.
No sé si estáis familiarizados con los horarios de los universitarios, pero por si no lo estáis, rápidamente: las asignaturas son cuatrimestrales y luego hay un mes de exámenes. ¿Qué quiere decir eso? Que estoy de exámenes ☹.
Y, aunque no lo creáis, pese a no haber hecho nada de lo que había en mis listas, he estado todas las navidades haciendo cosas; de mi casa, a la biblioteca; de la biblioteca, al gimnasio; y del gimnasio, a casa a dormir.
¿Por qué os cuento todo esto? (aparte de por quejarme un poco, que es muy terapéutico). Porque yo, que llevo usando GTD casi 10 años, que he crecido mano a mano con la metodología, me caigo de la tabla, y ya de paso me doy de bruces con el agua. Eso de no mirar tus listas antes de ejecutar porque «ya sabes lo que tienes que hacer, no hace falta que lo mires»; no aclarar tus bandejas porque «no tienes tiempo para perderlo haciendo eso»; y miles de excusas más, las usamos todos.
Y ¿sabéis qué? Que no pasa absolutamente nada. En serio, de verdad, es humano. Admiro mucho a los usuarios de GTD que, después de unos años de usar la metodología, dejan de caerse. Pero para los que no tenéis tanta suerte, tampoco os torturéis.
Primero porque tampoco es tan horrible. Es decir, os he mentido un poco, me he vuelto a subir a la tabla antes de escribir este post. ¿Qué he hecho? Pues primero un barrido mental y luego una súper gran revisión semanal. He vaciado todas mis bandejas de entrada que no podían estar más hechas un caos y he aclarado; he reescrito siguientes acciones que eran una chapuza; he quitado proyectos que ya no tenían sentido y he añadido unos cuantos que faltaban. Vamos, que he tirado del hilo hasta encontrar la tabla y me he vuelto a subir.
Segundo, porque caerte te hace valorar un poquito más lo que te aporta GTD, es decir, he perdido la sensación de que me iba a explotar algo y no sabía el qué, aunque ahora sepa todas esas cosas que sí me van a explotar. Y lo que quiero decir es que, a veces, la vida se impone entre tú y tu sistema.
Yo intento plantearlo como si estuviera intentando ponerme en forma. Vale que has tomado tarta en el cumpleaños de tu amiga, pero sigues habiendo comido sano los otros seis días de la semana ¿no? Vale que tu sistema se te ha ido de las manos, pero ¿y todos esos meses que has estado surfeando en tu tabla, disfrutando del control y la perspectiva que te aporta GTD?
Así que eso, que nadie te exige que seas perfecto, y GTD —que está preparado anticaídas— menos. Que haberte caído de la tabla no haga que abandones GTD. Puede que un día dejes de caerte o puede que, como yo, sea una cosa que hagas un par de veces todos los años. Da igual, no te desanimes, asume la caída y súbete en cuanto te veas capaz. ¡Mucha suerte!
6 Comments
Alberto Almoguera
Hola Marta, un placer la lectura del artículo. Caerse no es un problema, pues siempre nos habéis enseñado la forma de volver a subirse rápidamente. El problema es cuando no tienes fuerzas para volver a subirte a la tabla, cuando has perdido las ganas de surfear olas y dejas que el mar te meza a su gusto. No es un problema de sistema, sino de perspectiva, de niveles mucho más altos. Pero en ello estamos… Gracias por el artículo. Habrá que volver a intentarlo.
Marta Bolívar
Hola Alberto!
Muchas gracias comentario, es cierto GTD hace maravillas, pero no milagros y a veces puede ser buena idea buscar soluciones más allá de GTD si sentimos que se nos queda corto.
Te deseo muchísima suerte y que esta etapa sea lo más cortita posible.
Un abrazo!
Marta
Laura Sastre
Vamos a celebrarlo ¡una menos!!!!
Me encanta (y valoro) tu sinceridad.
Laura.
PD. otra que ha estado nadando contracorriente un par de semanas 😀
Marta Bolívar
Es que estas cosas hay que tomárselas con deportividad 🙂
Un besazo Laura!!
Marta
Irene Sanz Vizcaino
¡Hola, Marta!
Me encanta tu blog. Yo también me he caído de la tabla y ha sido mucho peor de lo habitual, porque todo el mundo habla del fin de año (¡o de la década!), de aprovechar para revisar todo lo que has hecho, todas tus listas, reflexionar, ponerse objetivos, ordenar y limpiar a fondo, ponerse el reto más gordo en goodreads, convertirse al minimalismo, hacerse vegana, criar unicornios blablablabla… ¡Y yo solo quiero sobrevivir al trabajo y los exámenes!
En fin, poco a poco 😂
Marta Bolívar
¡Hola Irene!
Me siento súper identificada con tu comentario, como me llegue una notificación más de alguno que se ha acabado un libro en goodreads voy a acabar matando a alguien jajajaja. Todo el orden o limpieza que he hecho ha sido para procrastinar lo que debería estar haciendo 😂. Yo también ando un poco en modo supervivencia, gracias por hacerme sentir un poco menos sola. Muchísima suerte!! Y eso, poliki poliki.